Establecer un procedimiento claro y sistemático para la identificación, evaluación y derivación de situaciones académicas, conductuales o de vulneración, asegurando el bienestar y desarrollo integral de los estudiantes.

Las situaciones pueden ser de tipo académico (como bajo rendimiento o ausencias), conductual (como bullying o agresión) o de vulneración (como señales de abuso o negligencia). Estas deben ser detectadas por docentes o funcionarios.

Debe registrar los antecedentes en la Ficha de Derivación de la escuela e informar inmediatamente al encargado de convivencia escolar y/o al equipo psicosocial.

Se activa el protocolo correspondiente y se involucra a organismos externos como la OPD, Carabineros o Fiscalía, asegurando el acompañamiento continuo del estudiante.

Todos los involucrados deben actuar con confidencialidad, sensibilidad y respeto hacia el estudiante y su entorno, protegiendo siempre su dignidad y derechos.

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