Establecer procedimientos claros para asegurar una atención oportuna, efectiva y segura en caso de accidentes escolares, minimizando riesgos y resguardando el bienestar del estudiante afectado.

A todos los estudiantes, docentes y personal del establecimiento que sufran un accidente dentro de la escuela o durante actividades organizadas por ella.

Se da aviso inmediato al personal.

Se traslada al estudiante a la enfermería, si es posible.

En casos graves, no se moviliza y se solicita asistencia médica.

Se brindan primeros auxilios y se registra el accidente.

Se notifica a la familia y, si corresponde, se deriva a un centro de salud.

La escuela se contacta con los padres o apoderados para informar lo ocurrido y coordinar, si es necesario, el traslado a un centro médico. Siempre se busca mantener a la familia informada sobre el estado del estudiante y las medidas adoptadas.

Incluye charlas y capacitaciones en primeros auxilios, revisión periódica de la infraestructura escolar y la realización de simulacros para preparar a la comunidad educativa ante emergencias.

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