Establecer acciones claras para prevenir y gestionar la salida no autorizada de estudiantes durante la jornada académica, garantizando su seguridad y el cumplimiento de normas institucionales.
Controlar accesos con puertas cerradas y personal vigilante, supervisión activa por parte de docentes y asistentes, y comunicación a estudiantes y apoderados sobre las consecuencias de fugarse.
Informar al encargado de convivencia escolar, registrar el incidente en el libro de actas, notificar a los apoderados y, si es necesario, contactar a Carabineros.
Realizar una reunión con el apoderado y el estudiante, brindar apoyo psicológico si se detectan causas de fondo, y aplicar medidas disciplinarias conforme al reglamento interno.
Evaluando periódicamente su eficacia y realizando ajustes necesarios con la participación de la comunidad educativa.
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