Establecer medidas preventivas y de intervención para reducir las inasistencias reiteradas y prevenir la deserción escolar, asegurando la continuidad educativa de los estudiantes.

Mantener un registro diario de asistencia.

Identificar a estudiantes con más del 10% de inasistencias mensuales.

Notificar a las familias tras 3 días consecutivos de inasistencia sin justificación.

Mediante entrevistas confidenciales con los estudiantes.

Reuniones con apoderados para analizar la situación.

Derivación a profesionales como trabajadores sociales o psicólogos en caso de problemas emocionales, económicos o sociales.

Elaboración de un plan de apoyo individualizado.

Participación del estudiante en actividades extracurriculares.

Apoyo a la familia con orientación y conexión a redes de apoyo social o beneficios estatales.

Fomentando el sentido de pertenencia mediante programas de convivencia.

Educando a las familias sobre la importancia de la asistencia.

Coordinando con organismos externos y el Ministerio de Educación para brindar apoyo en casos críticos.

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